Pues parece que ya ha llegado el verano y con él las ganas de ir a la playa. Probablemente hayas visto en alguna playa accesible unas sillas amarillas y azules que sirven para que las personas con discapacidad se puedan bañar. Muchos de los Ayuntamientos de la costa española cuentan con sillas de este tipo en sus playas accesibles. Pero cada vez más son los usuarios particulares los que deciden adquirir una porque son muy prácticas.
¿Estas buscando comprar una? En este artículo queremos daros la información básica para que conozcáis estas sillas para la playa y las diferencias entre los distintos tipos de sillas anfibias.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que hay sillas anfibias con y sin flotabilidad.
Sin flotabilidad
Sin flotabilidad: son las sillas tipo tumbona, que no flotan, pero que pueden entrar en el mar porque son completamente inoxidables. Eso sí, el usuario tendrá que estar en la orilla o donde el agua no le cubra.
Con flotabilidad
Las sillas anfibias con flotabilidad: además de desplazarnos en la arena con ella, tiene dos flotadores alojados en el respaldo, por lo que la silla flota de manera muy estable. Podemos ir a lugares más profundos y salir de ella para nadar.
Eso sí, flote o no, nos bañemos en la orilla o más allá, siempre recomendamos que haya otra persona con el usuario y no adentrarse más allá de donde se haga pie.
Lo segundo que tenemos que tener en cuenta es si queremos que sea autopropulsable o no:
Autopropulsables
Las sillas autopropulsables, como la Trial o la Hippocampe permiten al usuario desplazarse por la arena sin ayuda. Sus componentes son totalmente inoxidables y podemos meternos en el agua con ellas. Incluso, podemos usarla en el campo, la montaña o el día a día; son sillas todoterreno que soportan todo.
Esas sillas amarillas y azules que hablábamos antes no permiten al usuario desplazarse por sí mismo, por lo que alguien deberá tirar de la silla. Lo puede hacer desde una barra de dirección en la rueda delantera o empujando desde el asa del respaldo.
Desmontables
La gran mayoría de estas sillas son desmontables, algo indispensable si queremos llevarla desde casa hasta la playa, y caben muy bien en el maletero del coche. Se montan y desmontan sin necesidad de herramientas, en pocos minutos y son muy ligeras.
Sin embargo, hay una característica de estas sillas que hay que tener presente: la vida útil de sus componentes es de 4 años. Evidentemente, depende mucho del uso que se le dé y, sobre todo, del mantenimiento. Por eso es muy recomendable aclararla con agua dulce después de cada baño, para eliminar los restos de sal y arena.
Si ya se ha acabado el verano y la vas a guardar, asegúrate de que está limpia y completamente seca. Así estará en perfecto estado para la próxima temporada y nos ahorraremos disgustos.