Las úlceras de presión constituyen un grave problema de salud en personas que, por motivos de una enfermedad o discapacidad con problemas de movilidad, sensibilidad, circulatorios y de incontinencia, permanecen horas tumbados o sentados en la misma posición.
Las úlceras por presión, normalmente, se producen en los puntos de apoyo del cuerpo que coinciden con las prominencias o rebordes óseos: sacro, talón, insquion, orejas, bordes laterales de los pies….
Existen productos específicos para prevenir las escaras, ya sean los cojines antiescaras o los colchones antiescaras de aire.
En los casos de personas usuarias de sillas de ruedas puede llegar a ser bastante limitante a la hora de realizar su vida diaria, al necesitar hacer cambios posturales para evitar las úlceras de presión y recomendarse un limitado número de horas sentado, reduciendo por tanto, la posibilidad de largas jornadas de trabajo y ocio.
Clasificación de las úlceras de presión:
GRADO l. Piel rosada o enrojecida que no cede al desaparecer la presión en los 30 segundos siguientes de aliviar ésta. Afecta a la epidermis.
GRADO II. Pérdida de espesor parcial de la dermis se presenta como una úlcera abierta poco profunda con un lecho de la herida entre rosado y rojizo. También puede presentarse como una ampolla intacta o abierta/rota llena de suero o de suero sanguinolento.
GRADO III. Pérdida de tejido que se extiende en profundidad a través de la piel, llegando hasta incluso la dermis profunda e hipodermis. Se presenta en forma de cráter profundo a menos que se encuentre cubierto por tejido necrótico.
GRADO IV. Pérdida total del grosor de la piel con frecuente destrucción, necrosis del tejido o lesión en músculo, huesos o estructuras de sostén (por ej.: tendón cápsula articular). Presenta lesiones con cavernas o trayectos sinuosos.
Factores que contribuyen a la aparición de las úlceras de presión:
– Lesiones Cutáneas: Edema, sequedad de piel, falta de elasticidad.
– Deficiencias Nutricionales (por defecto o por exceso)
– Deficiencias Motoras: Parparesia, parálisis …….
– Deficiencias Sensoriales: Pérdida de la sensación dolorosa
– Incontinencia urinaria/intestinal
– Arrugas en la ropa, ropa de cama…
– Roce de pañal
Prevención de las úlceras de presión
– Lesiones Cutáneas: Edema, sequedad de piel, falta de elasticidad.
– Dieta equilibrada y mucho líquido.
– Revisar e hidratar la piel.
– Realizar elevaciones de alivio de la presión u otras maniobras de alivio de la presión.
– Mantener una postura y un control postural adecuados con cojines y almohadas
– Limitar el tiempo que pueden permanecer sentados los individuos con lesión medular dependiendo de la tolerancia de su piel y de la respuesta de su úlcera por presión.
– Usar cojines que proporcionen contorno y distribución uniforme de la presión en usuarios de sillas de ruedas.
– Elegir un cojín y una funda que permitan la transpiración y así minimizar la temperatura y la humedad en el punto de contacto con los glúteos.
– En las zonas con riesgo especial para desarrollar úlceras por presión se pueden utilizar sistemas de protección local (apósitos, taloneras y coderas).
– Evitar la elevación prolongada del cabecero de la cama y una posición encorvada que ejerza más presión y cizallamiento sobre el sacro y el coxis.
– Uso de colchones especiales antiescaras.
– En el caso de que el paciente sufra incontinencia urinaria o fecal, es necesario utilizar el dispositivo más adecuado para evitar la humedad (pañales absorbentes, sondas, colectores o tapones rectales), que debe cambiarse siempre que sea necesario.
– Fomentar la actividad física y la bipedestación.